Durante sus 14 años de funcionamiento, la Justicia de Familia ha ido necesitando de especialización interdisciplinaria, combinando la mirada legal con la psicológica. De este modo, se han ido asentando ciertos conceptos y procedimientos psicosociales al momento de litigar, algunos con más acierto y otros con menos. El propósito de este curso es adentrarnos en el litigio mismo en sede familia, para desmenuzar los conceptos psicológicos, describiendo el modo certero de uso, y aclarando, con certeza y pulcritud, su aplicabilidad en los conflictos legales. Así, la expectativa final del diplomado es que los participantes obtengan información específica que les permita examinar y utilizar los conceptos psicológicos correctos para el mejor desarrollo del caso, ya sea desde ejercicio del abogado litigante, como desde la mirada del sentenciador. Introducirnos en las peculiaridades psicológicas nos mostrará qué mecanismos legales son posibles, según el caso ventilado, y cuáles otros no son posibles de implementar. También intentaremos aclarar el uso de conceptos claves, como por ejemplo, el de las competencias parentales, su examen psicojurídico y su alcance práctico. Este tipo de contenidos, que enriquecerán el debate técnico, son los que este curso pretende posicionar en abogados dedicados al ámbito de familia.

Que el participante adquiera nuevas perspectivas y argumentos que le posibiliten abrir el debate en los juicios de familia, permitiendo que los tribunales observen escenarios diversos y más apropiados a los problemas psicológicos y sistémicos presentados en juicio, para poder resolver adecuadamente en cada caso, según la complejidad del mismo.